Estamos rodeados por ilusionistas

 Me encanta saber que hay alguien que siempre va a estar ahí. Me encanta pensar que va a ser para siempre. Me encanta cuando me dicen que soy distinta. Pero hay veces en las que nos sentimos solos y no sabemos por qué. Eso nos ocurre al pensar, al pensar que no siempre las mismas personas serán las que están a tu lado. Cuando veo las personas a las que quiero me dan ganas de pararlo todo a mi alrededor y disfrutar el momento. Me desmotivo al saber que mis seres queridos se irán, tarde o temprano, pero se irán y espero no estar sola para afrontarlo. En el fondo, siempre estamos solos, las personas suelen fingir que les importan tus problemas, pero en realidad lo que les importa es no estar solos. Nacemos solos y morimos solos, nadie nos puede acompañar en el momento en que empieza nuestra vida y mucho menos en el momento en que la dejamos. Está bien tener amigos y familiares, pero muchas veces necesitamos estar solos para poder pensar y que los que nos rodean no alteren nuestras ideas. Siempre influyen en nuestras decisiones, pero nunca podrán tomarlas por nosotros.

Cuando pienso

Normalmente, cuando pensamos, entramos en un mundo paralelo en el que, muchas veces, sucede lo que nosotros queremos. A veces pensamos en problemas, en personas o incluso en cosas, pero lo importante es que pensamos a todas horas, y sin darnos cuenta. Ojalá pudiéramos dejar de hacerlo por un tiempo, por ejemplo, un minuto, pero no podemos. Muchas veces, nos entran ganas de llorar por cualquier motivo y eso es algo bueno, ya que demuestra que pensamos y nos damos cuenta de las cosas.

El tiempo

Cuando empiezas a tener uso de razón, te das cuenta de que, por mucho que quieras, no vas a poder hacerlo todo en la vida. No es por ser pesimista, pero aparte de optimista, creo que habría que ser realista. La edad media mundial es de unos 70 años y una persona no puede hacerlo todo, ya que los años pasan y no perdonan. El tiempo no se va a parar porque tú estés enfermo y no puedas salir a la calle, los segundos pasarán y juntos formarán los minutos, que darán lugar a las horas... Tú puedes esperar, pero él no esperará por ti. Es un poco triste pensarlo, pero cuanto antes afrontes los problemas, más feliz podrás ser. Piensa las cosas, pero tampoco te amargues pensando. Con que te las pienses una vez basta. Una vez tu cerebro de la orden de realizar un sueño, así será, y puede que te arrepientas, o puede que no.

La tinta del futuro

Miras hacia delante y te das cuenta de que todo está en blanco, puedes escribir en la dirección que quieras, como quieras, cuando quieras, y en el tamaño que quieras. Miras hacia atrás, y ves palabras escritas en todos los sentidos, en todos los colores, en todos los tamaños. Nadie se atreve a decir que hará en su futuro, simplemente se atreven a planearlo. Nada sale tal y como tu quieres, por eso, ese camino que va  hacia adelante está en blanco, para que tu lo escribas. Nadie nos cuenta su pasado tal y como fue, por eso, hace falta conocer muy bien a las personas, para poder decir qué les ha pasado, o qué les pasará. No te metas en la redacción de alguien que escribe su futuro, porque en un futuro muy próximo, esa persona puede borrar todo tu pasado, dejarte sin tinta para tu futuro y tan solo podrás limitarte al presente.

Como pasan los años...

Tras haber pasado mucho tiempo en la infancia ahora me doy cuenta de que en realidad la que va a decidir mi futuro soy yo. No mis padres, profesores, esas personas a las que uno llama amigos. No. Solo yo lo voy a decidir. Ahora que me fijo en todo lo que me ha pasado me doy cuenta que siempre he vivido rodeada de cariño y felicidad, y nunca he dado gracias por ello. Ahora que me pongo a mirar esas fotos que me hacia cuando tenía una mascota nueva o cuando me hice mi primer flequillo, me doy cuenta de que nunca me ha faltado nada, es más, me ha sobrado.Ahora que estoy en 3º de la ESO tengo que ir planificando mi futuro y me doy cuenta de que todavía no tengo nada. Te pones a pensar y dices yo quiero ser abogado, no no, quiero ser periodista, pero lo que digas no tiene nada que ver con lo que vas a hacer. Tienes que darte cuenta de que dentro de 3 o 4 años te vas de tu casa y emprendes una nueva vida llena de lágrimas, amistades, felicidad. Tendrás que cambiar de amigos estudiar, mucho más para luego poder trabajar con unas condiciones dignas. También añorarás a tus padres, pero una persona siempre tiene que independizarse.

Tan grande y tan desconocido

Mirar al océano y decir: "¡Qué grande es y que pequeños somos!". Nos creemos los reyes del mundo, mientras que solo somos un átomo de polvo en este universo. Lo piensas y te mareas. Sin darte cuenta, ya se te ha metido esa idea en la cabeza y no hay manera de sacarla. Sin darte cuenta, ya te has puesto a pensar: "¿Qué pasaría si ...? o ¿Porqué ...?". Ya has entrado, y no te lo puedes quitar de la cabeza. Piensas en cómo habrá podido ocurrir y es algo magnífico, la naturaleza. Te acabas dando cuenta de que es verdad, pero hubieses preferido no haber pensado en ello nunca, porque nos hace tan, tan, tan diminutos, que hasta da miedo. A veces, por una milésima de segundo, deseas no haber conocido a nadie, porque al final todos se acaban yendo, aunque de qué servirían los sentimientos, si no los hubieses podido expresar hacia nadie... Hay tantas preguntas sin respuesta. Y tantas respuestas sin pregunta. Y tan sólo el hecho de pensar que solo utilizamos del 8 al 11% de la inteligencia, te dan escalofríos.

Estar solo...

Al estar solo, te das cuenta, que no hay nada peor, pero también te das cuenta de que, te gusta. Al estar solo, te fijas en que todos esos que te dijeron que siempre iban a estar ahí, te mintieron, que en realidad, no, nunca estuvieron ahí. Son solo palabras, palabras que dice la gente, para que dejes de llorar, o, para que estés con ellos por un tiempo. Esas palabras que para nosotros significan tanto, para otros son simples letras, palabras, oraciones... Sin saber porqué, a la larga te das cuenta de que te gusta estar solo, para pensar, para cantar, para todo. También te das cuenta de que no todos van a estar ahí, por eso prefieres estar solo, para que cuando te fallen, no darte cuenta de esos fallos tontos, que uno tras otro, te hacen una herida, y piensas que no se te va a curar nunca, pero si se cura lo malo es que queda la cicatriz. Esa cicatriz.